lunes, 26 de febrero de 2007

Los peligros por el uso inadecuado del MP3

La Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos presentó un informe sobre los problemas que puede acarrear el uso prolongado, y señala cuánto influyen los auriculares. En Estados Unidos, un legislador quiere prohibir que se puedan usar en la calle.

Un informe elaborado por la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos remarca que el uso prolongado de los reproductores de MP3 puede afectar la salud auditiva. La entidad —que tiene sede en Buenos Aires y que lleva años trabajando en la prevención del deterioro auditivo producido por el ruido—, alertó que el riesgo aumenta cuando estos reproductores de música son utilizados en medio ambientes ruidosos, como por ejemplo, la calle o medios de transporte, entre otros.

LOS AURICULARES. Los equipos de MP3 se comercializan con dos clases de auriculares: a) los que pueden llamarse de tipo abierto, que se apoyan sobre el pabellón del oído; y b) los que van totalmente introducidos dentro del conducto auditivo (auriculares de inserción). El informe asegura que ambos presentan un riesgo de daño auditivo mayor que el que podría ocasionar escuchar música a través de parlantes, inclusive a los mismos niveles de volumen. Además, por tratarse de equipos más livianos, con menos consumo de batería y capacidad de almacenar gran cantidad de música, su uso es más prolongado.

PELIGROSO. El sonido del MP3 llega al conducto auditivo sin ninguna atenuación, y si el auricular va introducido dentro del oído, el nivel de energía sonora en la membrana timpánica es mayor. Si además son usados en la calle o en ambientes ruidosos, los auriculares no bloquean los sonidos que vienen del exterior y éstos actúan como estímulos no deseados, por lo que se tiende a aumentar el volumen para poder escuchar la música por sobre el ruido alcanzando niveles sonoros altamente riesgosos. El material al que tuvo acceso EL DIARIO resalta que estudios realizados por la OSHA (Ocuppational Safety and Health Administration) en situaciones de ambiente tranquilo, los usuarios de MP3 colocaban el volumen a un nivel promedio de 69 decibeles. Pero, a medida que se aumentaba el nivel de ruido ambiente, la tendencia es subirlo a 80. Y cuando el nivel de ruido ambiente alcanza los 80 decibeles, como ocurre en una calle ruidosa, el volumen sube por encima de 95 decibeles, por lo que recomiendan no utilizar los MP3 en condiciones de trabajo o en el tránsito.

FUERTE. Algunos MP3 pueden alcanzar un nivel de salida de 120 y 130 decibeles (salvo en algunos países que exigen, por ley, que la salida máxima no exceda los 105), superando los límites de intensidad sonora recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Algunos fabricantes incluyen una advertencia en sus productos sobre el riesgo de pérdida auditiva, pero es responsabilidad del usuario mantener el volumen a un nivel seguro y controlar el tiempo de uso. La Universidad de Florida testeó la audición en alumnos entre 13 y 17 años. En el 17 % encontró algún tipo de pérdida auditiva y la mayoría presentó un daño auditivo irreversible, relacionado con la exposición a altos niveles de ruidos a temprana edad (videojuegos, walkman y MP3).

Polémica en Estados Unidos.

El congresista norteamericano Carl Kruger propuso una ley para que los transeúntes no circulen con reproductores de MP3 en Nueva York. La norma, que ha despertado polémica, se basa en la cantidad de accidentes que hubo, y la propuesta convertiría a Nueva York en la primera ciudad del mundo en prohibir el uso del reproductor musical al cruzar las calles. En el mismo proyecto también esta planeado prohibir el uso también otros aparatos electrónicos, como los teléfonos móviles y los videojuegos.

Quienes no cumplan con esta nueva norma en la Gran Manzana, deberán pagar un multa de cien mil dólares. Es que Kruger considera que a veces los costos pueden ser mas altos: seis jóvenes de su distrito han pagado su afición al MP3 con la vida en los últimos seis meses. El último caso, un joven de 23 años, murió atropellado el pasado 11 de enero en Bergen Beach, sin enterarse de que otro transeúnte le gritaba al ver venir el accidente.

“Hablamos de gente que camina por ahí, absorta en la música y desconectada del resto del mundo”, se queja el senador. “Están causando toda clase de problemas. Caminan hacia los coches y los autobuses, se tropiezan con la gente que cruza la calle. Incluso cuando lo hacen con el semáforo en verde para los peatones, podrían ser atropellados por una ambulancia a la que no han oído”, sostiene el legislador.

Para destacar.

El daño que provoca el ruido, depende de tres factores:

• La intensidad (volumen): las unidades de medición de la intensidad son los decibeles. El umbral mínimo de audición normal se encuentra entre 0 y 10 decibeles. Por encima de los 85 decibeles los riesgos de daño auditivo son elevados, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

• Tiempo de exposición: cuanto más tiempo se permanece en ambientes ruidosos, más rápido se produce el daño. Existe una relación entre estos factores pues a medida que aumenta la intensidad del ruido, menor deberá ser el tiempo de exposición al mismo. Por ejemplo: si el nivel de ruido es de 85 decibeles, el límite máximo de exposición es de ocho horas. Pero si la intensidad aumenta en 3 decibeles el tiempo de exposición se reduce a la mitad.

• Susceptibilidad personal: existe una labilidad o predisposició n que hace que una persona tenga mayor posibilidad de padecer un deterioro auditivo. El ruido industrial ha sido tema de estudio para ingenieros, físicos, médicos otorrinolaringó logos y audiólogos. En la actualidad, el ruido (tránsito, discotecas, gimnasios, estéreos personales como walkman, discman, reproductores MP3) representa uno de los mayores riesgos para la salud.

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